Suave, tibio, despacio.
Jazz |
Una danza en mis oídos que se bambolea, lenta y cautelosamente. Notas flotando en una atmósfera próspera y nueva.
Con cada compas se dibujaba una nueva gama de colores y poco a poco la dimensión de lo que no se ve con los sentidos, se hizo presente.
Un susurro en el viento armonizaba la paz de los ojos cerrados, y con la cadencia de unas cuerdas resonantes, iba aumentando la emoción, poco después llegó el swing de platillos y tambores, el trío se completó con el marfil, teclas que ponían el ritmo de la noche, y el crescendo, el total ímpetu, un viento fuerte, hermoso y poderoso, solamente una noche así se obtiene escuchando jazz.
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